Creación de una historia desde cero.

Idea

Para comenzar el desarrollo de una historia, lo primero que debes tener es una la idea. ¿Cómo conseguirla? Si ya tienes una trama en la mente, el foco central o una imagen que te ha inspirado para comenzar, este paso no es para ti, y te invito a pasar a la siguiente lección.

Pero. Y es un “Pero” bastante importante, si no sabes cómo comenzar, si te sientas a escribir y te consigues con una página vacía que se niega a inspirarte para que la llenes con una historia que te maraville a ti y a los demás, tu primera tarea es “cultivar” tu propia Musa.

Primero que nada, debes entender que no resulta conveniente abarcar demasiados géneros en una sola historia. Busca algo que te atraiga, la inspiración es personal, te costará desarrollar algo llamativo, atrayente, si no manejas el tema, el género que comienzas a escribir, y la ambientación.

 

Por ejemplo, si yo quisiera crear una historia de aventura sobre un deportista con problemas relacionados con la mafia, se me dificultaría, ya que no me atraen los deportes, y los temas sobre mafias y parecidos de veras no se me dan. Así que te aconsejo que te evalúes de un modo simple: Mírate.

¿A qué me refiero? Imagina que te ves en tercera persona durante uno o varios días, y registra mentalmente, o utiliza una libreta donde anotarás lo siguiente: ¿Qué películas ves? Lo que te guste consumir, te será más fácil de producir. Así de simple. No intentes crear material de horror si te atrae la comedia romántica. Puede servir que introduzcas elementos de terror en partes de tu trama a futuro, como medio para enriquecer el ambiente o diversificar las situaciones que desarrolles, pero no recomiendo intentar producir sensaciones, sentimientos e imágenes mentales a través de las palabras, con las que no te sientes relacionados. ¿Cuáles son los temas que te llaman la atención? Existe un patrón en lo que nos gusta. Hay algo similar que puede no ser evidente a la primera observación. Puede que te guste desentramar misterios, o simplemente prefieras una secuencia activa. De los temas que más te gusten, sea política, romance, acción, ciencia, viajes, o lo que sea, puedes internarte en ellos y descubrir cuánto los conoces. Ahí encontrarás una buena cantidad de información útil para rellenar los elementos que ocuparás en tu historia.

Un consejo: relájate. Suena muy abstracto y casi incoherente que te digan: ¿quieres escribir?, entonces mira qué te gusta y dedícate a estudiarte a ti mismo. Pero no es una locura, o eso quiero creer XD. En lo que a mí respecta, he investigado a algunos escritores y siempre he leído la frase: “escribir es un proceso de introspección donde te llegas a conocer más de lo que habías pensado”. Necesitas aprender de ti, te verás reflejado(a) en situaciones que ni te imaginas.

Puedes visualizar a esa Muza en tu mente. ¿Qué ropa usa? Si está vestida(o) casual es porque tu mente se maneja en ambientes más formales. O si está desnuda ya sabrás cuál es tu mejor tema a desarrollar. O se viste con uniforme de escuela, militar, policía, bombero. Es una persona adulta, o joven, es atrayente o algo fea(o). ¿O tan si quiera es humana?

Hay quienes se inspiran en situaciones, en una imagen, una vivencia. Yo por ejemplo desarrollé toda una sección de capítulos recordando una escena de una película de acción, está tan difuminada que es difícil de detectar, pero esa fue la semilla que me inspiró y de ahí surgió un evento importante de la obra “La Gran Voluntad”, específicamente la travesía dentro del Laboratorio 36, donde inicié inspirado en la primera película de Resident Evil.

De acá te dejo otra analogía. La inspiración no es estática como el argumento. Crece, cambia de colores, de forma. Puedes comenzar una historia y de pronto mover de lugar al personaje principal, cambiando el rumbo de la trama sin salirte del argumento. Así, si escribes sobre una persona que estudia para graduarse, pero le toca escapar de la ciudad y toma un barco hacia otro continente, habrás alterado la trama a nuevos horizontes, extendiendo la ambientación hacia los lugares que conseguirá tu personaje, dándole diferentes matices a la inspiración que resultarán en algo nuevo.

¿Cómo está decorada tu habitación? ¿Qué has leído antes? Y que te haya gustado, no vale algo que leíste como tarea de la escuela y pero jamás te pareció interesante. ¿Practicas alguna actividad?

 

Cuando entras en una red social, detalla si te recomiendan mucho material político, o de humor, o noticias y el tipo de ellas. Así, ya sabrás cuáles son los temas que manejas, y no te preocupes por pensar: ¿y de qué me sirve saber que me gusta ver memes de gatos?

Es simple, como escritor de fantasía te aseguro que los “gatos” son un material interminable para conseguir inspiración sobre temas sobrenaturales, ya que los relacionan con el inframundo, eran adorados por los egipcios, e inclusive tenían templos dedicados a ellos. Este es solo un ejemplo, yo te invito a profundizar dentro de tus gustos. Si te gusta el futbol, piensa que ves un partido como si los jugadores fueran piezas en algún juego de mesa, así tendrás una nueva perspectiva de algo que ya conocías, y puedes darle características mentales a cada pieza. Reinventa lo que ya es, no te resultará complicado y te ayudará a conseguir una temática. ¿Por qué te digo que no te resultará complicado? Simple, tú ya eres de los que creas historias, lo sepas o no. Y te lo puedo comprobar. Digamos que ves un evento cualquiera, en donde diferentes personas participan en alguna situación. Puede ser tan simple como ingresar a comprar en una panadería, o resulta que presencias un robo a mano armada. Te propongo que anotes lo sucedido, descrito detalladamente. Luego, puedes pedirle a alguien que haya estado presente que te relate lo sucedido. Si puedes hacer esto tan simple, en cualquier situación, podrás entender algo importante que quiero que recuerdes: Nadie contará lo mismo, del mismo modo que lo haces tú. Ese es el eje a seguir al momento que desarrolles una historia. Puedes repetir una temática ya empleada, no es fácil conseguir algo realmente nuevo y nunca antes explorado en el mundo moderno. Pero nadie lo contará del mismo modo que tú lo harías. Ese es tu “estilo” de escritura, el que debes desarrollar y pulir con todo el empeño que puedas darle un aspecto profesional. Solo mira alrededor, tenemos historias tan particulares como la vida de los encargados de servir tragos en un bar nocturno, hasta el desarrollo de la carrera musical de un joven entusiasta que aprende a tocar el piano. Esos son ejemplos de lo peculiares que pueden llegar a ser las temáticas. Pero, no por que existan historias sobre la de la humanidad lucha contra “monstruos”, van a dejar de aparecer más y más sobre ellas.

Solo veamos la lista, desde la saga de Alien, hasta la más reciente de “ataque de titanes”, con alrededor de centenares de otras en medio. Ambos son temas similares: enfrentamientos contra seres hostiles no humanos. Pero cada quien decide los orígenes, el desarrollo, la ambientación, el eje de la trama, y el modo en que terminará entre otros.

No será lo mismo una historia con monstruos venidos de otro planeta, a una de esos mismos pero venidos de un portal hacia el infierno. También resultarán diferentes historias donde el principal propósito sea erradicar a los monstruos, o escapar de ellos para regresar a tu mundo, o resulta que esos seres no tienen la culpa de lo que ocurre y deben regresarlos a su lugar de origen. Todos estos elementos te llevarán hasta lo que yo personalmente llamo: líneas. Para mí, cada línea de sucesos son una serie de eventos vividos por algunos personajes que formarán parte de esa línea durante el tiempo que dure. Es decir, que las líneas son temporales, pudiendo dividirse y reintegrarse a conveniencia. Pero de eso hablaré mejor en la parte de estructuración. Lo que realmente importa es que, no te desanimes si tu tema de interés ya está trillado, tú puedes (y debes) darle un aspecto nuevo, una reinvención de lo que ya ha sido contado.

Si todavía no consigues una “idea” que te convenza, entonces te sugiero pasar al paso: Partes de la trama. Que te ayudará a esclarecer cuales son los elementos que intervienen en cualquier trama, y al empaparte de esos temas, puedes comenzar ejercicios que te “abren” posibilidades para una nueva historia.

Tipos de desarrollo de tramas:

Esto no es una parte de la trama como tal, es un modo de abordar la página en blanco.

Desarrollo descontrolado:

Esta es la llamada, “Brújula”, es decir, comenzar con una idea e irla desarrollando a medida que se te va aclarando, mientras cobra forma en tu mente. De este modo puedes desbordar la imaginación sin ataduras, liberando cada acontecimiento y armando la trama con el impulso que tengas, sin abarcar la metodología, ni planificación, lo que te permitirá avanzar rápidamente pero igual tendrás mucho que hacer el momento de la edición, ya que no existe forma de que mantengas la continuidad ni la coherencia de forma efectiva. Bien puede ocurrir que tengas una idea tan clara que no hará falta una preparación previa, pero no siempre será así, y un escritor novato (como YO) carece de la capacidad de organizarla de forma automática a medida que la crea.

Si tu historia es compleja en el sentido de líneas de desarrollo, dividiendo los acontecimientos en diferentes perspectivas de varios personajes, o realizas saltos de tiempo hacia atrás o adelante, puede suceder que aunque avances con bastante coherencia, pero una vez llegues a un punto crítico, o al final, consigas que las fechas no concuerdan, descubres que dos eventos consecutivos carecen de sentido, o ocurrió un traslado sin explicación, o lo más común, algo que sucede incluso en grandes franquicias adaptadas al cine: los personajes realizan un viaje y aparecen justo en el momento indicado, pero el tiempo que les llevaría recorrer el sendero de muchos días lo muestras en solo unas horas, lo que no compagina con la realidad y deberás acomodarlo o darle alguna explicación basada en las reglas de tu universo narrativo, como la existencia de portales o la capacidad de volar, por ejemplo.

Todo eso es remediable y para ello existe la revisión y posterior edición, y te llevará más tiempo encajar los elementos desacordes mientras más avances y compliques tu trama.

Esta es la forma más sencilla y la que más emplean los escritores(as) sin experiencia, principalmente porque, como a mí, les ocurre que simplemente se les viene una idea a la mente por cualquier vía de inspiración, y comienzan a escribir desenfrenados antes que se les olviden los puntos claves, sin mantener el orden o uno muy precario. O porque simplemente no planean mostrarla a nadie, es solo un pasatiempo del que disfrutan; como también ocurrió conmigo en un principio. Pero no es el único modo de abordar una idea.

Planificación y estructuración previa.

Esta es la llamada «Mapa»

Para esta debes conocer tu argumento muy bien, para lo cual recomiendo analizarlo y documentarte sobre el tema, es decir, si hablas de problemas emocionales es mejor que leas (y bastante) sobre psicología, luego, puedes imaginar una serie de situaciones que quieres que ocurran en tu obra. Haciendo una lista al estilo siguiente:

—quiero que mi personaje tenga un viaje hacia tal o cual sitio.

—deberá pasar por esta o aquella situación.

—debe descubrir algo de su pasado que lo llevó a estar donde está.

—conocerá a esta u otra persona.

—Perderá algo valioso.

—Recibirá una responsabilidad inesperada que no desea.

—Ganará un premio.

Y miles de posibilidades más, no escatimes imaginación en este punto, mientras más sucesos relevantes planifiques, puedes introducir mayor cantidad de emociones, tendrás más material para planificar capítulos y sobre todo, un repertorio más rico al momento de pasar al siguiente paso.

Esto te facilitará elegir a tu personaje principal si aún no lo has hecho, pulir el carácter que tendrá, y visualizarlo en cada una de las situaciones. Si por alguna razón no te convence y no has edificado nada todavía, cámbialo.

Por ejemplo. Yo comencé mi historia principal a los 12 años (a la fecha de publicarla tengo 34), y cuando decidí organizarla a eso de los 25 años, era un compendio de escenas y personajes casi sin relaciones entre sí que alcanzaban 8000 páginas de Word. Entonces quise organizar y tomé lo que más me gustaba de cada hilo argumental. Descubrí que el que había elegido como personaje principal tendría que atravesar por tantas situaciones, tomar tantas decisiones y acciones, que sería lo más cercano a un desquiciado carente de personalidad, de comportamiento errático y nada coherente. Así que es por ello que, como se verá a futuro, decidí cambiarlo, dividiendo sus aspectos más relevantes y terminé teniendo tres personajes principales, que para hacer justicia, estarán acompañados por muchas otras sub tramas con sus propios protagonistas, naciendo así el eje central de la ideología del Clan Hentauriacom: ayudar a los demás, preferiblemente sin que nadie se entere.

Una vez tengas una lista de eventos a suceder que te convenza, juega con el orden, no es imprescindible saber el desarrollo completo para iniciar, pero sí debes elegir dónde comenzará. Decide qué ocurre antes o después, manteniendo una regla fundamental: LLAMAR LA ATENCIÓN.

Debes planificar tus capítulos, acarreando el eje de tu historia; el Argumento, en cada uno, pensando siempre en mostrar eventos que atraigan. Y es muy recomendable escribir al menos un borrador del capítulo final, así consigues los dos puntos clave del mapa: inicio y final. Para luego decidir el camino que recorrerá tu historia entre los eventos que has ideado de entre mano.

Este Mapa no será un elemento rígido y sin espacio para la improvisación, todo lo contrario, será una guía a recurrir al momento de no saber cómo continuar, que junto al Argumento te ayudarán para espantar a ese ente tan temido como lo es el llamado “Bloqueo”. No debería ocurrirte si ya “sabes” cuáles serán los sucesos que deben ocurrir. Acá anexo una aclaración, y una advertencia.

No es que por tener un Mapa bien elaborado, junto a un Argumento estupendamente diseñado, vas a ser inmune al Bloqueo. NO, una buena trama debe cobrar vida en su desarrollo. Es decir, por ponerte un ejemplo de una saga bastante conocida (y una de las que puedo hablar con potestad porque la leí a fondo y fui un gran fanático, al punto que ahora, que alcanzó las pantallas, pude saltar de la emoción al enterarme que vendría la serie de “La Rueda del Tiempo. Por Robert Yiordan”). Ya cuando dejó establecido quién es el Dragón Renacido, y los planes que se entramaban sobre sí por parte de todos los bandos, ya habiendo definido su personalidad y posición sobre El Oscuro, las Aes Sedai, su pasado, y lo que le deparaba su futuro, las piezas comienzan a caer por su propio peso. Resultaría imposible, o poco probable al menos, que Rand Al’Thor de pronto decidiera someterse a la autoridad de la Amirlim (por más que en ese momento la nombrada fuera su amiga de la infancia), o pasarse al bando del Oscuro (por más que le prometiera gobernar en su nombre o permitirles vivir a todos a cambio de que él se sometiera), a menos que emplearan poderes sobrenaturales como la Compulsión para obligarlo a ello. Ya la trama deja establecido que los eventos debe suceder de “cierta forma”, una idea al menos, y es lo que se llama “cobra vida”.
¿Por qué cobra vida? Simple, ya las piezas están en movimiento, hay dinamismo, los personajes ganaron independencia en su forma de presentarse ante situaciones, y si de pronto metes o sacas algo indebido, la trama morirá. Habrás perdido el sentido de coherencia que venía con ella, mostrarás un desfase en la continuidad si “algo ocurre sin explicación”. Esta alerta se presenta si has definido profundamente a tus personajes y las reglas de tu mundo en la estructuración de tu obra, y la estructura también conlleva a ciertos bloqueos. Es decir, si tienes establecido desde la planificación qué, luego de un evento como una pelea, los personajes viajarán, pero, y repito, peeeero, resulta que antes no habías considerado que uno de tus personajes era muy impulsivo, y simplemente ese aspecto surgió durante su desarrollo y ahora forma parte de él (o ella), y analizas la pelea desde su punto de vista, llegando a la conclusión de qué, ese personaje no se marcharía simplemente después de haberse caído a golpes con “x” o “y” persona, entonces consigues que ese viaje no cuadra… no sería posible al menos enseguida, y llega un mini bloqueo. A mí me gustan, me impulsan a revisar uno o varios capítulos anteriores, a veces todo lo que haya escrito hasta el momento (en serio, he leído “La Gran Voluntad”, sus borradores y sus “y que” terminados, más de 30 veces). Me permiten descubrir cómo anexar el evento que quiero mostrar, o me obligan a rediseñar el mapa, cambiando la ruta, incluso obviando algunos elementos porque, como dije, al momento de planificación no tenía tanto material para analizar y me resultaba imposible saber que llegaría a ese dilema.

Yo recomiendo que si consigues algo parecido en tu obra, te relajes, he acá la importancia de escribir sobre algo que te guste, o te verás envuelto en frustración de tener que revivir el pasado que pesaste haber superado. No ocurre así cuando te gusta tu temática, te enamoraste de tus personajes y del ambiente donde se desarrollan. En fin, cuando disfrutas de escribir. SÍ LLEGA EL MOMENTO DE TIRARSE LOS PELOS. No mentiré, pero con tomarse uno o dos días libres de escribir, dedicando ese tiempo sagrado que habías apartado para ello, a otros detalles que no involucren la “trama que se me salió de las manos”. En mi caso puedo pasar días dibujando personajes, criaturas, comentando con otros lo que me sucede, pensando: cómo sería una buena portada para este libro que se niega a avanzar por el momento.

Ningún Bloqueo es más fuerte que tu imaginación, solo debes dejar reposar a tu musa, la pobre también debe descansar de cuando en vez, permítete un tiempo libre. Lee algo no relacionado a tu género, ve una película, sal a pasear. O algo que me sirve mucho, duerme en ese tiempo, así, por lo menos me gusta creer, que el cerebro relacionará ese tiempo con algo relajante y la frustración se perderá, pudiendo retomar luego con una buena revisión, cambiando acá y allá lo que haga falta, y no dudes en simplemente eliminar lo que no quepa en tu trama.

Como anécdota quiero comentar que en mi saga “EL INSTRUMENTO”, mi personaje llamado Eythan Adonicio no existía en la primera planificación (porque para esta saga sí hice una planificación bastante detallada). Pero llegando al momento en que el protagonista debía sincerarse, revelando lo que planeaba hacer en realidad, lo comentaba con el único amigo hasta entonces. Y luego de meditar la personalidad de Roudry Radangar, descubrí no existía forma de que este lo aceptara, todos los escenarios en mi mente terminaban con Anther (el protagonista) atado de manos y pies, amordazado y metido dentro de un baúl en el rincón más inhóspito de la nave llamada Resiliencia. Algo que no estaba planeado, pero no podía simplemente decir que Roudry cambió su forma de ser y lo acepta sin chistar. Así que regresé desde el comienzo he introduje a alguien menos severo de acciones para que fuera su confidente en este punto crucial de mi segunda saga. Y para terminar señalo que Eythan se volvió uno de mis personajes favoritos de esa saga. También anexo que no lo saqué desde cero, todas mis historias están y estarán siempre relacionadas, y aunque supongo que no debe ser bueno revelar demasiado cuando ni he publicado la segunda saga, puedo comentar que Eythan surgió de una idea plasmada en la “La Gran Voluntad” que no había conseguido cómo introducir en “EL INSTUMENTO”. Así que ese pequeño bloqueo durante la planificación en realidad sirvió para enriquecer las relaciones entre ambas historias.

La imagen de la portada es provisional, esta historia será publicada aproximadamente en Enero o Febrero del 2022.

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