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La Gran Voluntad es la Saga principal, cuya mitología propia se verá reflejada en todas y cada una de las sagas venideras, y las reglas de la Magia, los poderes Espirituales y demás formas de energía quedarán establecidas para este Cosmos narrativo.

En ella se te presenta el planeta D’Loslia, creado por las fuerzas superiores para adelantar el desarrollo de los seres humanos que están destinados a reencarnar dentro de esta que resulta nuestra propia galaxia, dado a que los terrícolas son parte de este universo,  que para la fecha en la que se desarrolla la saga se encuentra destruida, y los sobrevivientes se vieron obligados a escapar mediante un portal desarrollado por la élite científica que permanecía en las ciudades fortificadas dentro de domos de supervivencia.

Este nuevo mundo resultó estar gobernado por las llamadas Autoridades, conformadas por las dos Facciones de La Orden de Emisarios del Supremo Poder, quienes predican la Religión en nombre del Dios Único y creador del universo. Y La Hermandad de las Llamas; seres inmortales surgidos de la luz de las estrellas, quienes los recibieron y verificaron su verdadera naturaleza antes de permitirles vivir en el mundo que custodiaban.

Estos refugiados de un mundo que acabaron con sus propias manos, fueron recibidos y tras varias pruebas duraderas y muy difíciles, destinadas a corroborar que realmente eran humanos ya que ambas Facciones realmente no tenían certeza de la existencia de personas en otros mundos, se les permitió instalarse en el planeta, dándoles dominio sobre las ruinas de un antiguo Reino devastado Eras atrás, donde conformaron su primera ciudad y de la que luego surgió Androterra, el Reino de los que fueron llamados Terranos por las personas nativas de ese mundo, quienes comenzaron a llamarse a sí mismos «Autóctonos». Esto marcó una separación sin precedentes, ya que los Autóctonos rechazaron a los Terranos y tanto los Magos como los Emisarios debieron intervenir en reiteradas ocasiones para que los Terranos pudieran prosperar.

Viniendo de un mundo que aunque destruido, poseía tecnología avanzada, los Terranos cargaban consigo el conocimiento científico más avanzado en toda D’Loslia, y en pocas décadas consiguieron establecer un poderoso Reino el cual llamó la atención de todas las Naciones, por lo que se convirtieron en los principales proveedores de tecnología y su Reino entró a formar parte de las Grandes Naciones.

Pero no todo fue desarrollo y prosperidad, D’Loslia no solo albergaba maravillas y nuevas posibilidades, el mundo estero se encontraba en constantes luchas contra seres nacidos de la oscuridad misma, Monstuos Hijos del Vacío de numerosas especies, rangos y categorías estaban dispersos por doquier, poseedores de terribles poderes de Magia Corrupta con varios tipos de seguidores humanos a quienes se les ha llamado Concadenados desde la primera aparición de los Monstruos. Tambíen tenían sus propios Reinos como el caso de Umbrámoris y Shardagán. Y tras soportar enfrentamientos aislados pero contundentes durante 500 años, los Terranos ya con un Reino poderoso declararon la guerra contra todo lo que fuese entidades malignas, dando inicio a la Guerra del Exilio, con lo que consiguieron tras 171 años de luchas, encerrar a la mayoría de Monstruos dentro de un Cello creado alrededor de una isla continental anteriormente llamada Maargoriath, la cual fue conocida como el Continente Cerrado desde entonces.

El estado de convivencia con los Hijos del Vacío era conocido como «Permanencia Forzosa», que no había podido ser roto durante tres Eras, y aunque con resentimiento por las secuelas de la guerra de magnitudes mundiales más terrible que sufrió D’Loslia, los Autóctonos se vieron obligados a reconocer a los Terranos como los pioneros que les permitieron librarse de la amenaza constante de los Monstruos.

Sin embargo, durante la terrible guerra las Autoridades tomaron decisiones difíciles, en más de una ocasión creyeron que perderían y D’Loslia quedaría para siempre bajo el control de la oscuridad, para ello decidieron intentar unificar sus poderes, antes considerados contrarios y nocivos entre sí. Al conseguirlo no solo descubrieron que el resultado era una fuerza más poderosa que la suma de sus partes, sino que comprendieron que su propio estatus quedaría comprometido, ya que la separación de sus poderes es la razón por la cual los Magos y Emisarios permanecen como dos Facciones apartes de la misma autoridad, dividida en dos creencias diferentes con solo algunas similitudes pero que resultan incompatibles, cada una señalando un origen y propósito diferente para el mundo y la humanidad.

Con este nuevo poder crearon tanto el Cello alrededor del Continente prisión, como también entrenaron a una nueva clase de guerreros, los cuales fueron llamados Soldados Mestizos, quienes fueron sus más poderosos guerreros hasta que, casi terminando la guerra, desertaron.

Al finalizar la guerra el bando de la Luz consiguió, por primera vez en Eras, algo que pudo llamarse victoria, y debido a que todo lo refernete a la Conjunción de los poderes había sido mantenido en secreto, dado que las Autoridades prefirieron ocultar la verdad antes de revelar la naturaleza afín de sus poderes que llevaban centúrias defendiendo como separadas, tanto la naturaleza del Cello como la creación de los Mestizos se mantuvo oculta, y las Autoridades al desconocer si el Cello mismo perduraría por siempre, o se perdería con el pasar del tiempo, decidieron que el Continente Cerrado debía regresar al servicio de la Luz, por lo que enviaron Colonizadores Terranos para que lo reclamaran. Así no solo comienza la Colonización del Continente Cerrado, sino también la persecución de los Soldados Mestizos que, a poco de terminar la guerra, desertaron, volviéndose ellos mismos la evidencia de la naturaleza afín dela Magia y el Espíritu, como también la mayor amenaza para el poderío de La Orden y La Hermandad de las Llamas como Autoridades.