La Orden.

Emisarios: son los Representantes de la Facción religiosa de las Autoridades, seres humanos dotados del Don Sagrado con algunas excepciones, feroces guerreros y sumamente devotos a su labor de transmitir los mandatos del Supremo Poder; Dios único y creador de este y todos los mundos.

Surgimiento.

No sería posible determinar en qué momento surgió La Primera Orden, o como también es llamado, el Primer Alzamiento, pero podemos asegurar qué, los primeros en hacerse llamar Emisarios provinieron de las culturas que rechazaron la protección de La Hermandad de las Llamas durante la Era Cuarta, y nunca ingresaron a lo que se conocía como “La Fortaleza”.

En sí, la creación de La Fortaleza fue una medida desesperada por parte de los Magos, ya que los primeros Monstruos aparecieron en D’Loslia a mediados de la Era Tercera, y su propagación masiva dio inicio a la primera guerra de magnitudes mundiales, en la que se forjó obligatoriamente la Permanencia Forzosa. Los Magos perdieron a muchos de devotos ante el obligado empate que terminó la “Guerra de la Depuración”; como fue llamada. Y muchos de sus seguidores no atendieron al llamado cuando, después de años de esfuerzo, los Magos crearon una barrera que rodeaba la mitad del continente Antagusor, alzando toda una cordillera circular para que los humanos tuviesen un lugar seguro donde desarrollarse.

Pero muchos humanos no accedieron, y prefirieron aliarse con los Segundos Avatares; los Dragones. Otros se unieron o fueron secuestrados por escuadrones de Concadenados. Pero hubo un grupo que retornó a las Enseñanzas que tenían los primero humanos que llegaron a D’Loslia, rebuscando en los escritos que los Magos trataron de desaparecer.

En estos relataban que la humanidad no debía estar bajo el dominio de la Magia, y nombraban una fuerza diferente; una entidad todo poderosa que no estaba separada en diferentes manifestaciones, como ocurre con la Magia que se divide en siete Llamas, sino un Fuego Sagrado, único, que late dentro de todo ser viviente.

Estos humanos obtuvieron una revelación cuando un mensajero de esta entidad se les presentó, conocido como el Ángel de Yshanova. Les instruyó durante siete años sobre la existencia del Supremo Poder, mediante diferentes elegidos que registraron sus nuevas Enseñanzas, y escribieron el libro central de la Religión, “El Eterno Gozo de la Obediencia”.

Aprendieron a utilizar lo que se conoce como El Don Sagrado en la humanidad, y luego se dirigieron por todo el mundo, sumando a sus filas a quienes descubrían con el Don Sagrado, y quienes no lo poseían pero deseaban aprender la nueva Normativa de Vida, originando los Laicos entre estos últimos.

Esta nueva organización fueron los Emisarios, y comenzaron a propagar los mensajes dejados por el Ángel de Yshanova. Pero también hubo personas, que por resentimientos no olvidados hacia La Hermandad de las Llamas, decidieron emplear los poderes del Don Sagrado contra los Practicantes de menor jerarquía; las Brujas. Dando caza a las Cofradías Concadenadas principalmente. Aunque también atacaron a Practicantes no oscuros, Dióseres, Suprazoos además de Monstruos y seres malignos.

Se sabe que hubo conflictos dentro de La Primera Orden, ya que se dividieron entre quienes no deseaban levantar armas contra algo que no fuese un Monstruo, alegando que los enfrentamientos entre humanos y cualquier otro “ser inocente” eran una aberración contra el Supremo Poder que acababan de descubrir, y quienes asumieron que la Magia en sí era la razón propia de la existencia del mal en el mundo, basándose en el hecho que todos los Monstruos, sin excepción, realizan Magia de algún modo, y asumieron que, extinguiendo la Magia, desparecerían los Monstruos.

Esto originó que los primero Emisarios, tras un choque de poder dentro de La Primera Orden, reescribieran a solo 50 años del Primer Alzamiento, su libro central, y se deduce que acabaron de algún modo a los que no compartieron sus deseos de librar al mundo del mal; La Magia.  

Luego de caída La Fortaleza, cuando los humanos leales a La Hermandad de las Llamas debieron abandonarla porque ya no resultaba segura, La Primera Orden, ya unificada con un solo pensamiento, también recibieron a quienes quisieron unírseles.

Un Mago llamado Zolmaterio quiso poner fin a la nueva Enseñanza, que ponía en peligro la supremacía de La Hermandad de las Llamas como única Autoridad en D´Loslia, llegando a la capital que habían fundado en un antiguo Reino que les recibió. Les amenazó acompañado con un ejército de Nigromantes y Hechiceros, y se dio un enfrentamiento en donde el Mago fue destruido.

Esto originó la erradicación de La Primera Orden, dado que La Hermandad de las Llamas, todos los que permanecían en D’Loslia en ese entonces, atacaron el Reino llamado Jitarienti, sepultándolo bajo tierra en un ataque de magnitud colosal, del mismo modo como ocurrió con la ciudad de los primeros Nigromantes que se revelaron, durante la Era Tercera.

Ya a inicio de la Era Cuarta, los Emisarios sobrevivientes del Primer Alzamiento retornaron, ahora menos contundentes en sus acusaciones, y dedicaron sus esfuerzos a pelear contra los Dragones, quienes habían comenzado a atacar diferentes ciudades y Reinos sin dar explicaciones, y los esfuerzos de los Magos no eran suficientes dado a que tenían prohibido luchar contra otros Avatares, limitados solo a enviar sus Practicantes; Nigromantes y Hechiceros principalmente, a las batallas.

De este modo, en la lucha contra los Dragones y de manera indirecta, Magos y Emisarios tuvieron su primera colaboración, siendo aceptados como una Facción aparte de las Autoridades al final de la guerra, cuando los propios Dragones decidieron marcharse del mundo, y firmaron el “Pacto de Cooperación Mutua por el Bien de D’Loslia”, ya que ambos bandos; que desde entonces han sido llamados Facciones, aceptan que las batallas que hubo entre Emisarios y Magos fueron tan dañinas para el mundo como los enfrentamientos contra los Monstruos.

Aunque no fue hasta la llegada de los Terranos; lo que marcó los inicios de la Era Sexta, que Magos y Emisarios comenzaron a coordinar sus acciones.

No se espera que lo admitan jamás, pero la creación de los Soldados Mestizos fue la mayor prueba de solidaridad entre ambas Facciones, cuando el Mago Azurón junto a otros miembros de La Hermandad de las Llamas, le propusieron al entonces Sumo Sacerdote Jomalinio, escarbar en los textos traídos por los primeros humanos; esos mismos textos que la propia Hermandad trató de desaparecer, dado que en estos se menciona que una sola fuerza fue la que creó y trasladó a los Humanos para que poblasen D’Loslia. Algo imposible con Magia, que es incapaz de crear vida en sí, y mover cualquier cosa, sobre todo seres vivos, a través de los mundos es demasiado complicado.

Así que, tras estudiar los textos más antiguos que el mundo mismo, ambas Facciones coincidieron en que, solo la unión de sus poderes habría sido capaz de tales hazañas, e intentaron fusionarlas pese a las consecuencias terribles, no solo morales, que ocurrían cuando ambos Dones entraban en contacto.

Organización:

En la actualidad, es decir, durante los eventos que suceden en La Gran Voluntad, existen las tres “Escuelas de Santa Doctrina”, y Eclatedra.

En las primeras se entrenan a todos los Dotados del Don Sagrado que se consiguen en el mundo, y dependiendo del modo en que desarrollen sus habilidades durante los primeros años, se seleccionan como Aspirantes a Sacerdotes o Monjes. Los Laicos y Laicas solo reciben entrenamiento militar y Enseñanzas Religiosas, sin las prácticas necesarias para el uso del Don Sagrado, dado que son personas No-dotadas que desde su juventud desean ser parte de La Orden, o son enviados por sus padres o tutores, esto último en ocasiones con propósitos políticos, dado a que significa que al menos, un miembro de cierta familia, formará parte de las Autoridades aunque carezca del Don Sagrado.

Desde el Primer Levantamiento, los Emisarios se han dividido en Sacerdotes, Monjes y Laicos.

Escuelas:

La Primera Escuela De Santa Doctrina, como su nombre lo indica, fue la primera en fundarse, siguieron las tradiciones del Primer Levantamiento dado que era la única que existía en ese entonces. Sus Cayados están diseñados para el combate principalmente, siendo estos los tres más agresivos de toda La Orden. Sus Sacerdotes son tenaces y severos, incluso las otras dos Escuelas los señalan de impulsivos y extremistas. Es de entender que esta Escuela proviene desde la época de la guerra contra los Magos, y la posterior cuando enfrentaron Dragones, así que se enseña combate y se prepara a sus Sacerdotes para estar siempre a la defensiva. Sus Cayados ostentan la Cruz de Hierro; Cruz de Ancla; y Cruz de Impacto. Los cuales son los más eficientes en cuanto a combate se trata.

La Segunda Escuela De Santa Doctrina se fundó justo terminada la guerra contra los Dragones. Al haber firmado el Pacto de Cooperación Mutua Por El Bien De D’Loslia, los Emisarios ya no lucharían contra Practicantes a menos que fueran Oscuros, así que se dedicaron a dar persecución y eliminar a cuanto Monstruo pudieran, además de enviar Emisarios por todo el mundo conocido, dispuestos a ayudar a quien lo solicitase cuando hubiera problemas relacionados a cualquier entidad maligna, una maniobra para ganar devotos. Así, esta nueva escuela forjó los Cayados de Cruz del Rezo; Cruz de balance; y Cruz Solar. Los cuales son más eficientes detectando, midiendo y clasificando la presencia de cualquier manifestación maligna.

La Tercera Escuela de Santa Doctrina fue fundada al término de la Guerra del Exilio, con un mundo donde la presencia de los Monstruos estaba tan reducida, los Emisarios se dedicaron más a los problemas propios entre personas, sobre todo en los casos donde choquen entre diferentes devociones, es por ello que los Emisarios de esta Escuela son mediadores, más que Guerreros. Sus Cayados portan la Cruz Doble; Cruz Angelical; Y Cruz Estrella.

Debido a la diferencia de funciones, y a pesar que cada Sacerdote recibe entrenamiento como conciliador, mediador, luchador y detección en diferentes grados, es común que Sacerdotes y Sacerdotisas de diferentes Escuelas discutan entre sí, siempre los de la Primera y Segunda Escuela, señalarán como muy pasivos a los de la tercera, aunque los de la Primera Escuela acusan de lo mismo a cualquiera que no apruebe sus medidas. Los de la Segunda y Tercera Escuela acusan de impulsivos a los de la Primera, y a su vez, los de la Segunda Escuela son llamados lentos para tomar decisiones debido a su tendencia de meditar más a fondo cada situación.

Curiosidades.

Un Aspirante a Sacerdote o Sacerdotisa puede iniciar sus estudios en una Escuela, y ser transferido a otra si su personalidad no encaja en la forma de actuar de esta. Ocurren casos de graduados que no compartían del todo las características propias de su Escuela, por lo que se unen a alguna Asociación que se parezca más a su forma de pensar. Es por esto que las Asociaciones son apartes de las Escuelas.

Cayados:

Primero habría que mencionar cuales son las manifestaciones del Don Sagrado. Siendo estas principalmente: Sondeo. Amedrentamiento. Percepción. Detener. Expulsar. Bendecir. Enfrentar. Consagrar. Todas ellas son manifestaciones del Supremo Poder, y algunas están reservadas para usarlas en humanos; como es el caso del Sondeo, y otras solo se pueden usar contra Monstruos; por parte de Enfrentar, o expulsar, mientras que una Bendición o Amedrentamiento se pueden emplear tanto en humanos como seres malignos.

Los Cayados consisten en un asta metálica de la altura de su portador, contando con un reposo en la parte inferior para ayudar a afincarlo o con alguna utilidad durante las batallas. Un cabezal con la forma de alguna de las 9 cruces que maneja La Orden, las cuales representan la Escuela del portador. Y todos poseen un medio para emitir algún sonido, que acompaña sus rezos, o les ayuda en combate.

Primera Escuela: Sus Cayados son los más eficientes en combate, compaginando con la aptitud agresiva propia de la Escuela, diseñados para incrementar las habilidades de Amedrentar, Parar y Enfrentar. Sus medios de emitir sonidos también son los menos elaborados, y contrarrestan su falta de elegancia con diseños elaborados labrados sobre sus cabezales.

El Cayado Cruz De Hierro: Siendo el más versátil en combate, es el de menor potencial para maximizar algunas de las manifestaciones del Don Sagrado excepto Enfrentar. Si bien esta manifestación ya incrementa la durabilidad en combate de un Emisario, los portadores de Cruces de Hierro son los peleadores por excelencia entre los Sacerdotes, y como el Cayado en sí funciona como una lanza u alabarda, quienes lo utilizan tienden a prescindir de sus espadas durante los combates, y recurriendo a ellas solo en casos extremos.

                Este Cayado es uno de los más sencillos, su medio para emitir sonidos consiste en una esfera de vidrio rellena de agua consagrada, sujeta al centro del cabezal que recibe los impactos de dos anillos provistos de esferas de metal, que pueden subir y bajar para golpear la esfera y liberar un zumbido, semejante al roce de dedos sobre el borde húmedo de una copa de cristal. Se le llama la campana de agua.

Cayado Cruz de Ancla: Posee la forma del objeto nombrado, usualmente dotado de una punta filosa y ganchos en los brazos, es el único con un centro hueco para reducir su peso pero igual sigue siendo el más pesado existente. Los portadores lo utilizan tanto para golpear como para enganchar, teniendo una técnica bastante tosca y brutal en combate. Esta cruz maximiza el poder de Parar al mal, paralizando a los Monstruos, Suprazoos o cualquier entidad sobrenatural que sea golpeado con él, o creando áreas bendecidas en donde los Monstruos no pueden acceder a menos que superen en poder al Emisario. Esta habilidad solo afectará a una persona si está sometida por fuerzas oscuras, como el odio o la rabia.

                Su medio de emitir sonido también es el más básico y rudimentario, constando de dos grandes anillos que simplemente tintinean cuando es agitado, creando un sonido metálico nada melodioso.

Cayado de Cruz de impacto: El cabezal forma una cruz con dos cabezas de martillo, usualmente con caras dotadas de conos puntiagudos, y la cúspide es un cáliz donde el Sacerdote o Sacerdotisa que lo porte, puede realizar un pequeño milagro particular, expandiendo la durabilidad de la flama de una vela, o incrementando la cantidad del líquido que se le vierta.

                Su mayor fortaleza es la habilidad de Amedrentar, obligando a presenciar la gloria del Supremo Poder, lo que causa terror a los seres malignos, y atemoriza a los humanos de malas intenciones. Crea sonido mediante anillos dentados que castañean al ser agitados.

Segunda Escuela: Contrarrestando la sencillez y ferocidad de los Cayados de la Primera Escuela, los de la Segunda son más sofisticados y complejos, diseñados para maximizar las manifestaciones de Percepción y Expulsar al mal.

Cruz del Balance: Consta de una cruz no maciza, que tiene sujetos una serie de balancines y dos extensiones que semejan la forma de alas. En total son siete balancines, que giran independientes produciendo un silbido cada uno. Estos cayados pueden generar melodías completas, y los portadores expanden su capacidad de Percepción evaluando los ritmos de giro de los balancines.

                En sí, no representan un arma sobresaliente, pero sus cualidades extras compensan sus debilidades., siendo sus portadores unos de los mejores detectando y evaluando las manifestaciones malignas.

Cruz Del Rezo: Este es el más complejo de los Cayados, poseyendo literalmente el cilindro de una caja musical, recubierto por otro cilindro de anillos con inscripciones, que cambian de posición por sí mismos, reescribiendo un rezo de acuerdo a la situación. A su vez, estos anillos están protegidos por cuatro láminas articuladas, que al abrirse horizontales al eje del Cayado, forman la cruz requerida para ser la insignia del Sacerdote o Sacerdotisa que lo porte. Son estas láminas las que, al subir y bajar, golpean una campana en la base de todo el cabezal y generan un potente Gong, también, cuando se realiza una Expulsión, estas láminas subirán no solo aumentando el largo del Cayado, sino creando una prisión temporal para el ente que sea extraído y posteriormente, purificado por el rezo que sonará desde el cilindro.

A pesar de todo esto, siendo un proceso tan complejo y no muy utilizado en batallas, los Cayados Cruz del Rezo poseen sobre todo el cabezal, una segunda cruz; réplica de una Cruz de Hierro de tamaño reducido que usan para pelear.

Cruz Solar: Estos Cayados son los más elegantes de la Segunda Escuela, consisten en una cruz cuya cúspide es un gran ovalo, coronado por triángulos que semejan rayos de sol, atravesado por un eje que soporta otro ovalo central. Del ovalo mayor cuelgan ocho anillos delgados y delicados que liberan un sonido a campalillas, cristalino y relajante.

                Este Cayado lleva un paso adelante la habilidad de Percepción, dado que, viendo a través del ovalo central, un Sacerdote realmente puede “ver” las esencias malignas, una habilidad que hasta la creación de esta formidable herramienta, era de uso exclusivo de Practicantes. Aunque el filo de las formas de rayos de sol, es de temer, no alcanza el poder dañino de un Cayado de la Primera Escuela. Algunos eruditos No-dotados se han dedicado a estudiar tanto a los Practicantes como a los Emisarios, y concuerdan que esta es el arma más completa, dado que pareciera imitar las facultades de los Practicantes para realmente ver la Magia, como complementa, con su belleza y fortalezas, un equilibrio entre las tres Escuelas de Santa Doctrina.

Tercera Escuela: estos resultan los Cayados más elegantes y hermosos de La Orden, sus sonidos son más serenos y relajantes, y sus diseños estilizados combinan la agresividad de la Primera Escuela con la complejidad de la Segunda.

Cruz Doble: Es una cruz de cuatro brazos, cuyos dos primeros están dentro de un ovalo filoso, sobrepasándolo con aletas que funcionan como hojas de un hacha a cada lado, y los dos últimos junto a la cúspide sobresalen como puntas filosas. Emite un sonido cristalino con los seis anillos dorados dentro del ovalo, bastantes grandes, cuelgan casi hasta la base del cabezal.

                Estos Cayados magnifican la cualidad de Bendecir del Sacerdote que o porta, especialmente las Bendiciones de Área, que alcanzan expansiones mayores a las logradas por otros Emisarios. En su centro, el cabezal muestra una silueta cuidada en detalle, de un cáliz funcional, al que se le puede incluso verter líquidos para realizar sesiones de Rezos.

Cruz Angelical: Este ha sido llamado, el más bello de todos, siendo el único que muestra la forma del Ángel de Yshanova, con las alas abiertas formando la cruz, y un marco sostenido en sus alas que también se corona por siluetas de rayos de sol, pero suelen tener forma más a flamas que destellos.

Del pecho de la escultura dorada, entre sus manos en posición de rezar, el ángel sostiene una delgada hebra de la que cuelga un cascabel de plata, que tintinea cuando el portador(a) lo agita o emplea las facultades del Don Sagrado. Estos Cayados magnifican el poder del portador para Sondear.

Cruz Estrella: Resulta el más controversial de todos los Cayados de La Orden, este es el único que combina una cruz con una estrella, que son símbolos de la Hermandad De Las Llamas. En sí es una estrella de seis puntas, cuyas cuatro puntas laterales se juntan un poco formando la cruz, sin perder la forma estrellada, también en su centro tienen una silueta de un ojo con la pupila formada por un yingyang. Dos aros cuelgan en sus brazos puntiagudos y filosos, pero por su forma generan un sonido más bien rechinante.

                Capaces de potenciar la habilidad de Consagrar mejor que otros, Sacerdotes portadores(as) han sido quienes, desde la fundación de la Tercera Escuela, se han dedicado a la consagrar en las forjas de Eclatedra, a toda arma que allí fabrican.

                Resulta curioso que los Emisarios de la Tercera Escuela sean los que más interacción tienen con los Representantes, y este Cayado sea portado por Sacerdotes y Sacerdotisas que estudian mucho más a fondo a dichos Representantes, a veces señalando parecidos entre sus culturas que habían pasado de ser percibidos desde la fundación de La Primera Orden.

Monjes:

Los Monjes y Monjas de La Orden son Emisarios cuyas aptitudes no incluyen la mediación, ni suelen ser eficientes para mantener discusiones, prefiriendo siempre apartarse de las controversias y adoptando una postura alejada ante las disputas. Su función para su organización está en vigilar y mantener los Templos Sedes, desde los más humildes hasta los que podrían considerarse palacios dentro y fuera de las ciudades, los cuales son puestos estratégicamente en los lugares donde la creencia imperante sea la religiosa para mantener no solo un sitio de almacenaje de implementos necesarios, como armas y medicinas, sino brindar un retiro a quienes buscan consejo. No portan Cayados, pero sí participan en batallas si son llamados a la acción, luchando con sus bastones articulados principalmente, que constan de astas capaces de dividirse a la mitad para ser usados como enormes nunchakus. Aunque también cuentan con entrenamiento para utilizar las demás armas típicas de La Orden, como lo son los arcos, las espadas, los collares y amuletos.

Pueden emplear las habilidades del Don Sagrado, y sus Bendiciones de Área son más potentes, pudiendo mantenerlas reforzadas en medio de un combate, creando una barrera defensiva poderosa a cambio de no apartarse del sitio, resultando una medida eficiente en casos extremos.

No portan Hábitos como vestimenta, en cambio utilizan Togas amarillas y un cinturón que denota su clasificación, siendo rojos para los anacoretas, y azules para los cenobitas.

Los Anacoretas son los que se encargan de los Templos Sedes en las zonas remotas, lo que les da un aire místico ya que no suelen interactuar demasiado con personas comunes, y los Cenobitas habitan en Templos Sedes dentro de las ciudades o aldeas, por lo que son mucho más sociables. Como curiosidad se puede mencionar que una Monja de nombre Jasminella Soriano fue una de los tres Emisarios que han conseguido devolverle la vida a una persona fallecida hasta la fecha donde comienza la historia en el primer libro: La Gran Voluntad. Incontenible.

Toda su instrucción es dada en Eclatedra, y aunque existen Monjes y Monjas custodiando en las tres Escuelas principales, no participan en la educación ni entrenamiento de los futuros Sacerdotes y Sacerdotisas, aunque pueden recurrir a ellos para pedirles consejos.

Laicos(as)

Siendo los únicos miembros de La Orden que carecen del Don Sagrado, son los únicos entre las Autoridades que se pueden llamar No-dotados. Son hombres y mujeres que se entrenan con rigor en el arte del combate cuerpo a cuerpo, y se apoyan del uso de espadas consagradas de cristal al igual que los Sacerdotes, y a pesar que no pueden producir Bendiciones por su cuenta, saben emplear agua bendita o cualquier artefacto consagrado para diferentes labores, desde luchar hasta imitar la acción de una Bendición de Área derramando agua bendita alrededor de un sector. Su rango dentro de los Emisarios es el de menor jerarquía, siendo asignados como protectores de los Sacerdotes y Sacerdotisas, o para mantener vigilancia sobre los Templos Sedes, por lo que suelen considerarlos como los sirvientes más adeptos de La Orden. Más sin embargo, los Laicos y Laicas tienen una función muy particular en el caso de ser acompañantes de algún Sacerdote, ya que estos últimos cuentan con la presión de dar guía y apoyo espiritual a los devotos además de protegerlos, y se ven involucrados a menudo en situaciones donde la moral y la razón resultan confusas, pudiendo ellos mismos quedar confundidos, o ver afectada su razón por los abates de la situación. En casos como estos, cuando un Sacerdote o Sacerdotisa entra en conflicto con su deber, su Laico o Laica asignada no dudará en dar aviso al miembro de La Orden más cercano, para que apoye a su Emisario encargado y consiga consenso, o para que le impongan duras tribulaciones por sus faltas.

Los Laicos y Laicas comúnmente suelen pasar por momentos difíciles cuando su Emisario encargado padece de alguna confusión, ya que debe confiar en que el Don Sagrado del que el Laico carece, guía los pasos del Sacerdote, más debe mantenerse atento ante cualquier acción sospechosa de su encargado, y recordar que su deber es hacia La Orden y sus dictámenes antes que a ninguna persona. No obstante, los Laicos deben ser consecuentes y obedientes a sus Sacerdotes ante el público, pero pueden darles advertencias o señalar las faltas en privado. No es poco común que un Sacerdote o Sacerdotisa prescinda de la compañía de su Laico(ca) en casos que deban mediar o intervenir en situaciones donde se sospeche de la inocencia o culpabilidad de alguna persona, dado a que la primera medida a considerar para los Emisarios de mayor rango es la de rescatar a quienes entren en contacto con las fuerzas del mal, así sea deliberadamente, y tratar de encaminarlos de nuevo hacia el sendero de la Luz. Pero un Laico o Laica puede asumir que la persona culpable solo puede recibir el castigo de la pena máxima y solicitar una ejecución, siendo ellos mismos los únicos capacitados para realizarla.

No es de extrañar su extremismo, son entrenados como soldados para detectar cualquier amenaza a los dictámenes de La Orden, con un fervor fanático hacia su labor, y siempre mantienen una actitud severa para asegurar su puesto como Autoridades ante su falta de cualquiera de los Dones.

El rango de los Laicos(as) se ve reflejado en las insignias que porten en las hombreras de sus armaduras, y su primer recurso en combate son sus espadas consagradas, aunque todo Laico(a) porta consigo una daga larga, semejante a una espada corta, con la que dará e golpe final a un humano al que se enfrente para no mancillar la Bendición Intrínseca que porta su arma principal.

Curiosidades.

Aunque la línea de mando dentro de La Orden de Emisarios es clara a simple vista, teniendo por encima de todo a los Sacerdotes, seguidos por los Monjes y terminando con los Laicos, esta separación de poder resulta flexible. Un Monje puede amonestar a un Sacerdote de ser necesario, y un Laico delatará cualquier actividad sospechosa de su Sacerdote encargado. Es por ello que un Sacerdote o Sacerdotisa debe medir muy bien las ocasiones en las que mande a retirarse a su Laico(a), ya que este podría comenzar a sospechar de él o ella.

Los Laicos(as) no pueden tomar confesiones formalmente, aunque suelen ser muy abiertos a hablar con las personas y a dar su propia guía como Emisarios que son.

Algunas armas de los Emisarios, especialmente las espadas que fueron usadas en grandes contiendas, reciben nombres, y dado a que cada miembro de La Orden forja su propia arma durante su entrenamiento, estas son decoradas con troquelados o moldeados especiales y personalizados por su fabricante, así que las armas con nombres son registradas y se les da un respeto especial a quien las posea, solo siendo transferidas a miembros destacables.

Entre las armas de La Orden se encuentra una poco convencional que solo utilizan algunos miembros de destacable habilidad en combate, una combinación de un collar con un asta de Monje que resulta similar a un látigo.

En la historia “La Gran Voluntad. Incontenible”, la primera Emisaria que aparece es Adriana Holances, una Sacerdotisa extremadamente joven que se encarga de custodiar el Pueblo Cinco donde comienzan los acontecimientos. También se nombra a Mariana, la Sacerdotisa encargada del pueblo vecino. Ambas combaten contra los Suprazoos Oscuros que son enviados por órdenes del Director General de Luciferia; Melquiares Valeres. Durante el combate Adriana demuestra los efectos de una Bendición Envolvente, aunque puede realizarlas con un mínimo de poder debido a su inexperiencia, al arrojar flechas consagradas que queman a las criaturas en un amplio rango alrededor del punto de caída. También usa Amedrentamiento en varias ocasiones, haciendo retroceder a las imponentes bestias de dos metros de alto con solo exponerles su Cruz Dobles. Ella también afirma una Bendición Intrínseca de poder básico en las flechas de los Centinelas al momento de quedar atrapados, como medida para que estos puedan dañar a las criaturas cuando empiezan a manifestar señales de poder maligno, sufriendo los efectos de ello. Ya que como será mencionado más adelante, las Bendiciones en sí no generan agotamiento como el uso de Magia, pero las Bendiciones de este tipo (Intrínsecas), empujan una serie de información referente al objeto recién consagrado dentro de la mente del Sacerdote, creando un pesadez mental momentánea que se traduce en mareos, falta de concentración y somnolencia.

Efectos de sus poderes.

Las Bendiciones de todo tipo tienen como facultad repeler y calcinar a los seres malignos, y las diferencias entre ellas deriva del uso que se les de.

Bendiciones de Área: son una expulsión de la presencia del Supremo Poder, suelen considerarlas una petición de atención del Supremo en un lugar determinado. Se expanden y permanecen en el sitio durante cierto tiempo, y se muestran como una flama pálida de color blanco solo visible ante los ojos del Don Sagrado y los seres malignos que afecta. Su expansión y durabilidad dependerá del poder que haya alcanzado el Emisario que la emana.

Bendiciones Intrínsecas: una de las más difíciles de realizar, ya que no quedan sobre un objeto o lugar, sino que su Fuego Sagrado se mezcla con la energía atómica de un objeto determinado. Estos objetos quedarán consagrados, y el nivel de poder también depende del Emisario que la realiza. A diferencia de las demás, esta no se pierde por el tiempo o el uso, a menos que el objeto sea empleado para realizar actos perversos, incluso, si son rotos, sus pedazos mantendrán la Bendición. Un objeto que reciba este tipo de Bendiciones pero de bajo poder, solo será capaz de dañar seres malignos o repelerlos si es usado directamente, por ello es más común que este tipo de Bendiciones se emplee en armas o grandes objetos que permanezcan en alguna área que deseen proteger. En cambio, si el poder de la Bendición es muy alto, una sola arma podría espantar seres malignos con solo mostrarla, tal como un Amedrentamiento. O incluso, si se aproximara un ente maligno hacia donde se encuentre un artefacto consagrado de gran poder, este escuchará las palabras que haya empleado el Emisario o Emisaria al momento de Bendecirlo, como una amenaza para que mantenga distancia. Estas son las Bendiciones que más efectos nocivos tienen para quienes las arrojan, ya que la presencia del Supremo Poder pasa del Emisario al objeto, y al unirse de forma irreversible a la energía atómica, trasmite mucha información a la mente del Emisario, datos principalmente de su conformación que serán traducidos como referencias, así el Emisario sabrá el peso, la textura, e incluso el modo de interacción de la sustancia consagrada ante el calor u otras energías corrientes.

Más sin embargo, hay más complejidad en el asunto, un Emisario en casos necesarios puede Bendecir de este modo alguna arma recogida de un campo de combate para reforzar el poder de un No-dotado, y hay quienes aseguran que pueden conocer a quién pertenecía dicha arma antes de perderse, y sabrá si es rota o dañada así se encuentre a medio planeta de distancia. Andriana en un evento futuro, consagra varias rocas de gran tamaño alrededor de Pueblo Cinco, y afirma que si se concentra en la información que recibe en su mente, casi alcanza a ver cómo era el bosque en los años anteriores a la creación de la Colonia, asegura poder conocer el peso de las rocas, como referencia, señalando que una de ella pesa tanto como varios calderos familiares, y sabe que contiene bastante cuarzo por la temperatura que alcanza al recibir la luz del sol al medio día.

Se debe entender que las Bendiciones son un llamado a la atención del Supremo Poder, y al quedar vinculada esta presencia al objeto consagrado, es entendible que adquiera cierta “conciencia”, aunque sea de forma limitada. Es por ello que existen variantes y similitudes entre las Bendiciones como los casos siguientes.

Bendiciones Santuarios: son Bendiciones Intrínsecas realizadas sobre algún edificio, es comprensible que los Emisarios que las realizan reciban un período de descanso en sus labores, ya que suelen afirmar que pueden escuchar voces de las personas que hayan habitado dentro del edificio antes de recibir la Bendición. Estas son especiales, ya que por la orden de un Emisario, pueden cerrarse o abrirse las puertas del edificio a su voluntad, así se les coloquen candados. Y la Bendición suele realizarse en solo una parte de la estructura, pero igualmente esta e expandirá hasta abarcarlo todo, manteniendo más fuerza en el epicentro. Es por ello que las Casonas de los pueblos de la Colonia reciben una Bendición Santuario, cuyo epicentro es el calabozo en a parte baja, así, también se aseguran que los confinados no puedan escapar. A diferencia de la mayoría de las Bendiciones, estas no muestran la Flama Bendita alrededor del objeto que las recibe, sino que este se introduce y solo será posible percibirla más no verla.

Bendiciones de Paz: a veces llamadas de Calma, son poderosas herramientas, permiten inmovilizar a las personas con intenciones violentas, pueden anclarse en objetos, o expandirse como si fueran de Áreas, pero su efecto es muy particular, una persona quedará inmóvil, o caerá en sueño profundo si recibe una de estas.

Bendiciones Envolventes: Se le conoce como la máxima técnica de La Orden, es una potente Bendición de Área que queda sobre un objeto durante un tiempo, y luego se expande de forma agresiva. Es empleada en objetos arrojadizos como las flechas, y al impactar dejan toda un área envuelta en la Flama Bendita.

Bendición Forzosa: ciertamente, esta es una bastante controversial, ya que resulta en una Bendición Intrínseca, pero realizada sobre un individuo. Para alguien que no tenga intensiones de dañar no sentirá mayor diferencia, en cambio, un humano con intensiones nocivas podría perder la cordura, cayendo en un estado de llanto y desesperación que le puede durar toda la vida. Es un medio al que recurren solo contra seres malignos, los Monstruos son calcinados en segundos y hasta los más poderosos como los Culminantes suelen quedar muy dañados. Es difícil de realizar dado a que la propia voluntad del individuo se puede oponer a recibirla, de ahí su nombre, y se usa con los Practicantes Renegados que causan problemas entre personas devotas a la Religión. También estas Bendiciones son la causa por la que los Practicantes les temen a los Emisarios, para cualquiera que utilice Magia, sería preferible morir a perder su conexión con la energía Universal que emplean cuando realizan Magia. Quienes la han sufrido aseguran que no se sienten vivos así estén caminando y respirando con perfecta salud, y sus efectos no han podido ser revertidos hasta ahora.

Como nota curiosa, lo Hentauriacom no se ven afectados por estas Bendiciones, así mantengan intensiones de dañar a alguien, no perderán el Don Sagrado ni sus poderes Mágicos. Siendo esto último una más de las razones para que los Emisarios le teman al Clam.

Las demás habilidades mencionadas, como Amedrentar; Sondear; Percibir; Parar; Enfrentar y Expulsar, son habilidades que no se pueden manifestar sin que alguien las realice, a diferencia de las Bendiciones que como se explicó, pueden quedarse en un sitio u objeto. Así, Sondear implica que el Emisario, en este caso del rango de Sacerdote, aunque los Monjes también pueden realizarlo, es cuando se introduce la propia esencia o presencia dentro de alguien más. Al no trabajar en la mente, el Emisario(a) no podrá detectar sus pensamientos, pero sí sus intenciones. Esto resulta útil en ocasiones y además genera sobresalto y temor en algunas personas. Puede tener diferente intensidad, siendo un Sondeo discreto algo que se puede realizar sin que la persona se entere de haberlo recibido, también será menor la capacidad para detectar las intenciones en este caso, y uno muy profundo puede dejar a la persona incluso convulsionando, incapaz de controlar la carga extra de poder que entró en su esencia. No se recurre a esta habilidad contra seres malignos, más si embargo algunos relatos cuentan que hubo Emisarios que lograron Sondear la esencia de seres sobrenaturales, lo cual no se menciona mucho por parte de La Orden ya que ellos señalan que estas entidades no tienen alma, o espíritu, así que no debería ser posible.

Amedrentamiento es usado tanto contra seres sobrenaturales como con las personas. No es una invasión al alma ajena, sino una manifestación de la Gloria del Supremo Poder, que genera temor y hasta puede destruir a cualquier entidad con intensiones oscuras. Las personas suelen caer de rodillas tapando su rostro con gritos de pánico, mientras que los seres malignos tienden a escapar. Para términos claros, sería como arrojar agua caliente contra una bestia que te ataca. El mejor Cayado en esta función es el Cruz de Impacto.

Enfrentar es la primera habilidad que aprendieron a usar los Emisarios, es bastante simple, mientras este se encuentre combatiendo, centra su atención en que está realizando la obra del Supremo Poder y sus fuerzas son renovadas hasta cierto punto. Un Emisario puede jadear de cansancio durante horas sin sucumbir hasta haber finalizado el combate, habiendo casos que, luego de esto, llegan a morir de agotamiento. El mejor Cayado en esta función es el Cruz de Hierro.

Percibir es eso exactamente, los Emisarios Dotados pueden sentir la influencia de la Magia, si es Pura afirman sentir que su percepción se pierde en el lugar donde la realizan, y si es Corrupta, sienten como si algo devorara su percepción al momento de enfocarse. Los Emisarios Dotados deben aferrarse a la seguridad que otorga el Supremo Poder en estos casos, ya que percibir el mal es algo aterrador. Los mejores Cayados en esta función son la Cruz de Balance, y Cruz Solar.

Parar el mal consiste en imponer su voluntad ante seres malignos, obligándolos a detenerse. Y solo eso, no es como Amedrentar, ya que un Monstruo escapará si recibe sus efectos, en cambio, al ser Parado, este no puede moverse. El mejor Cayado en esta función es la Cruz de Ancla.

Expulsar es lo que se hace cuando la esencia maligna que se enfrenta se encuentra dentro de un ser humano, más sin embargo, hay Sacerdotes que la realizan cuando sus Zanáferes son afectados. El mejor Cayado en esta función es el Cruz de Rezo.